El hechizo o conjuro es un acto mágico que pretende producir efectos sobre la
realidad mediante procedimientos sobrenaturales de carácter litúrgico o ritual.
Cuando el objetivo del hechizo es adivinar el futuro se denomina sortilegio y
cuando busca someter la voluntad de otra persona u objeto, encantamiento. Es
componente sustancial de muchas religiones paganas y también forma parte de
algunas religiones monoteístas, mientras que otras como el Cristianismo prohíben
explícitamente su práctica. El hechizo procede de las creencias mágicas del
Neolítico y viene practicándose desde entonces, a veces de manera abierta y otra
clandestina. Era común en sociedades paganas, constituyéndose en actos oficiales
de masas promovidos por las autoridades; una actividad que está bien
documentada en numerosas fuentes históricas e incluso sobrevive algunas zonas,
como las de religión vuduista o chamánica originarias. El hechizo ha sido
comúnmente perseguido bajo la acusación de brujería, sobre todo en las naciones
que tenían al Cristianismo por religión de Estado. Hoy en día su práctica se
considera jurídicamente bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como
derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas, si bien ello
no impide que se persigan las estafas de importancia cometidas por supuestos
"brujos" o "brujas" basándose en la credulidad o deseo de creer de muchas
personas.
La hechicería se clasifica de la siguiente manera:
Hechicería mortuoria
Hechicería funeraria
Hechicería de brujos (a)
Hechicería de Magos (a)
Hechicería de hechiceros (a)
Hechicería de la diosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario